EL REPOSO DIVINO Y EL REPOSO CRISTIANO: Tres correspondencias bíblicas desde Génesis

Día de reposo a la luz de Génesis 2


Cuando algunos escuchan “día de reposo cristiano”, enseguida piensan en los adventistas, la ley del Antiguo Testamento, fariseísmo, legalismo, esclavitud y demás. Tal resistencia es obvia cuando consideramos la tergiversación que los fariseos contra los que se enfrentó Jesús habían hecho. Para ellos era más importante guardar el día de reposo que sanar a un enfermo. Hubo una situación en particular en la que un hombre fue sanado después de 38 años de estar enfermo de parálisis y los fariseos se concentraron más en que este hombre llevaba un lecho cargado en día de reposo que en el milagro que había sucedido (Jn.5:15-16). Lejos esté del entendimiento del reposo cristiano algo como lo que imponían los fariseos; junto con Jesús condenamos tal legalismo.

En este momento vamos a analizar Gn.2:1-3 y derivaremos 3 enseñanzas importantes acerca del día de reposo celebrado por Dios y que nosotros debemos emular.

Gn.2:1-3 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

Una pequeña aclaración: Utilizaré indistintamente “día del Señor” “día de reposo” y “domingo” para referirme al mismo día.

Guardar el día del Señor no se trata de no hacer nada.

Notemos en el v.1 que las cosas que Dios acabó fueron: los cielos, la tierra y todo el ejército de ellos. Parece obvio, pero es importante recalcar esto, ya que aquí no se nos dice que Dios haya acabado de hacer absolutamente todas las cosas; por ejemplo: las cosas futuras como los milagros que hizo cuando sacó a Israel de Egipto. Simplemente se nos dice que acabó la obra de creación.

Hay que prestar bien atención ya que el texto expresamente dice que Dios reposo “de toda la obra que hizo” no de todo lo que hace o habría de hacer, sino de lo que hizo en los anteriores 6 días. El v.3 lo repite con más claridad: Dios reposó de “toda la obra que había hecho en la creación”. Es claro que su reposo consistió en el cese de las actividades que hizo en los 6 días anteriores.

Mi punto es que Dios continuó haciendo cosas en el primer día de reposo. El mismo Jesús dijo: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo (Juan 5:17). Lo interesante y muy diciente para nuestra discusión es que esto lo dijo en un día de reposo. Por lo tanto, podemos ver que Dios sigue obrando. Si Dios hubiese dejado de actuar completamente, entonces la creación que acababa de hacer simplemente hubiera dejado de existir, ya que la creación es sostenida por la palabra de su poder (He.1:3). Aunque Dios reposó de lo que había hecho, Él continuó haciendo su obra de providencia.

De la misma manera, en el día de reposo cristiano, nosotros debemos cesar de hacer lo que normalmente hacemos el resto de la semana aunque habrán otras cosas que seguiremos haciendo, como caminar, cocinar, tomar transporte, bañarnos, ordenar, entre otros.

El reposo es importante en el Día del Señor.

Con el punto anterior dejo ver que la Biblia no aprueba tal legalismo farisaico que juzga como pecado hasta el hacer el bien, por el contrario, mi exposición invita a la actividad en este día. No obstante, no se debe caer en un libertinaje que considere este día como cualquier otro y sea dedicado a la mera asistencia de un culto de 2 horas en la mañana y el resto del tiempo se gaste en una actitud hedonista (búsqueda del placer).

El v.3 dice: “y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó” esta sencilla declaración deja ver que el día es santo en sí mismo por voluntad de Dios. Alguna vez hablaba con un hermano que decía que el domingo era un día como cualquier otro, pero que nosotros lo volvíamos santo porque en él nos reuníamos; él decía que si la cristiandad decidía empezar a reunirse por ejemplo los martes, entonces los martes se volvían el día del Señor; pero que era el domingo porque, según él, la tradición lo ha hecho siempre este día. Otro hermano hacía una declaración más atrevida al atribuir el establecimiento de este día a Constantino, afirmaba que fue el emperador Constantino en el S.IV y no Dios quien santificó el domingo. Pero Gn.2:3 claramente dice que fue Dios y no nosotros, ni la tradición, ni un emperador el que bendijo y santificó este día.

Sin embargo, aunque el día es santo en sí mismo esto no garantiza un derramamiento de gracia en tu vida por el simple hecho de ser domingo (al estilo católico-romano ex opere operato) sino que debes reposar para disfrutar la bendición de este día. Me explico con la ayuda de los otros medios de gracia: La Palabra de Dios es santa en sí misma, pero si no la lees y la meditas no recibirás la bendición del Espíritu que obra con la Palabra; La Cena del Señor es santa en sí misma, pero si no la celebras no recibirás la bendición espiritual de esta, por el contrario, si la celebras indignamente pasa de ser algo de bendición a ser un juicio para ti (1Co.11:27). Es en este sentido que digo que, aunque el día del Señor sea santo, si no reposamos nos estaremos privando de la bendición de este día.

Ahora bien, en el párrafo anterior veo la observación del día de reposo en un sentido antropocéntrico, es decir: la bendición que recibe el cristiano(a) que lo guarda. Pero también debe ser visto en el sentido Teocéntrico, es decir el enfoque santo que debe tener este día. En el siguiente encabezado lo explicaré

Reposar en el Día del Señor es el Medio para un Fin.

En el primer encabezado dije que debemos actuar, pero en el segundo dije que debemos reposar, para conciliar esta aparente contradicción es necesario analizar la palabra santificó (קדש kadash) del v.3 “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó. Esta palabra hebrea significa Mover o colocar a alguien o algo separado del todo para un propósito especial. En la mentalidad hebrea el concepto de esta palabra venía de la separación que una pared hacía de algo que estaba dentro de la casa a lo que estaba por fuera. Sin embargo, esta imagen no nos dice mucho del uso para un “propósito especial”. Entenderemos si reflexionamos en que todo lo que tenemos dentro de nuestra casa es especial para nosotros, nadie coloca su televisor fuera de la casa y se acuesta a dormir porque sabe que se lo robarán, ese televisor es para uso especial, por eso lo cuidamos poniéndolo dentro de la casa.

Si a la palabra hebrea kadash le damos su sentido religioso y teológico, entonces ese uso especial del que estamos hablando se refiere a uno sagrado, es decir algo que se dedica al servicio a Dios. Es así como la tribu de Leví fue santa porque fue apartada de todas las demás tribus de Israel para dedicarse al servicio a Dios.

En resumen, el concepto más acertado de ser santo es: ser apartado para un uso sagrado.

Cuando en busca de la santidad solo nos apartamos del pecado, pero no nos consagramos a Dios, nuestra santidad es defectuosa e incompleta, solo estamos haciendo una parte, falta la otra. De la misma manera si con el propósito de guardar el día de reposo nos quedamos todo el día durmiendo, viendo televisión y pidiendo domicilios para ni siquiera cocinar, no estamos realmente guardando el día de reposo ya que no le estamos dando un uso especial ni sagrado. Dios santificó este día, eso quiere decir que lo apartó de todos los demás días para un uso sagrado y nada puede ser sagrado si se desconecta de Dios.

Entonces el día de reposo no consiste en no hacer nada, sino en consagrarnos a Dios; que cada cosa que hacemos – o dejamos de hacer – esté consagrada a Él; Que Dios sea el foco en este día. El reposo no es el fin en sí mismo, sino que es el medio para algo mayor, Dios.

El día domingo es para tener un Santo descanso

Conclusión

En el primer día de reposo de la historia de la creación podemos comprobar que Dios cesó de hacer las cosas que había hecho los 6 días anteriores, pero continuó haciendo otras, de la misma manera nosotros debemos reposar de las actividades que normalmente hacemos en la semana, pero seguiremos haciendo otras que son necesarias. No obstante, no debemos ocuparnos demasiado en una y otra cosa que nos impida reposar en este día que Dios nos dio para que nos consagremos a Él haciendo todas las cosas para Su gloria. Nada hacemos con dormir todo el día, si no aprovechamos el reposo como un medio para un fin mayor que es la consagración a Dios.

Soli Deo Gloria

Escrito por: Jeffrey Álvarez

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