Algunos grupos
cristianos cuestionan la doctrina de la predestinación poniendo énfasis en la
libertad humana. Los arminianos y semipelagianos afirman que Dios por su
presciencia vio en el futuro quiénes tendrían fe y con base a ese previo
conocimiento los escogió. El texto favorito para probar esto es Ro.8:28-30. Por
otro lado, aún los mismos que reconocen la soberanía de Dios en la
predestinación tienen problemas en precisar la relación que hay entre esta y la
presciencia. Aún más, cuando se leen los documentos teológicos sobre estos
temas hay una aparente confusión, o se debería decir traslape, en las
definiciones que se dan cuando se habla de elección y predestinación.
Por esta confusión
de términos es necesario responder ¿Cuál es la relación que hay entre la presciencia,
la predestinación y la elección a la luz de Ro.8:28-30? La forma en la que la Biblia
usa estos términos y las definiciones que ella de en este pasaje como principal
fuente, debe reinar sobre cualquier concepto humano o preferencia emocional en
el entendimiento de cada una.
A continuación, se
va a considerar el uso que la Biblia da a cada término y principalmente la
relación que existe entre ellos, relación que en algunos casos se trata de sinonimia
y en otros de consecuencia lógica.
I. La relación sinonímica
entre la predestinación y el decreto.
II. La relación
entre la predestinación y la presciencia
III. La relación
entre la predestinación y la elección
A.
La predestinación incluye la elección
B.
La sinonimia entre predestinación y elección
I. La relación sinonímica entre la predestinación y el decreto
Se puede definir
el decreto de Dios como el propósito por el cual Él ha determinado el curso de
todas las cosas. En las Escrituras se encuentran varios términos que se usan
para expresar este concepto: propósito eterno (Ef. 3:11; Ro. 8:28;), su consejo
(Sal. 33:11; Hch.2:23) el propósito y consejo de su voluntad (Ef. 1:5, 11), su
beneplácito (Lc.12:32; Ef.1:9), y su voluntad (Ro. 9:19). Todas estas
expresiones recalcan la soberanía de Dios en la disposición del curso que han
de llevar todas las cosas.
Para poder afirmar
la sinonimia entre decreto y predestinación se hace necesario una definición de
esta última. La palabra predestinación (gr. Proorízo) significa predeterminar:
“pro” quiere decir “antes de”; y “orizo” quiere decir “marcar, limitar”. Hace
referencia al curso de los hechos que están trazados de antemano. A la luz de
esta sencilla definición, se puede apreciar la relación entre decreto y
predestinación como sinónimos. Luis Berkhof reconoce que la parte del decreto
divino que pertenece principalmente al destino de las criaturas morales se
llama predestinación.[1]
MacArthur también dice:
El término predestinación se utiliza con frecuencia como sinónimo para el decreto de Dios, ya que Él predestina todas las cosas. Sin embargo, también se emplea de forma más restringida para resumir los tratos de Dios con el hombre caído respecto a la salvación.[2]
Lorraine Boettner
en su magistral libro La Predestinación dice que esta “presenta a
Dios como el Rey exaltado y poderoso que ha determinado el curso de la
naturaleza y que dirige el curso de la historia hasta en sus más mínimos
detalles”[3]. Y también cita
las palabras de Melanchton quien dijo “"Todas las cosas acontecen conforme
a la predestinación divina; no sólo nuestras obras externas, sino aun nuestros
pensamientos"[4].
En Ro.8:28-30 se
deja ver esta relación. En el v.28 se presenta al propósito (decreto) precediendo
el llamado y en el v.30 lo precede la predestinación; en cada texto pone estas
dos palabras distintas pero intercambiables antes del llamamiento. De modo que,
por esta forma de usar los términos, bien se puede leer el v.28 así “esto es, a
los que conforme a su predestinación son llamados”[5].
Los verbos: conoció,
predestinó, llamó, justificó, y glorificó están puestos en indicativo aoristo
para indicar la realización eterna que cada uno tiene en la mente de Dios antes
de su ejecución. Esto apunta a la seguridad de que aquellos a los que conforme
a su decreto Dios conoció (pasado), a esos mismos con toda certeza llama
(presente), y que esos mismos con toda seguridad alcanzarán la gloria (futuro);
su decreto abarca toto el tiempo y nada lo invalida.
Cuando Calvino
define la predestinación empieza diciendo que es un decreto eterno de Dios por
medio del cual ha determinado lo que cada individuo va a ser,[6]
reafirmando esta relación entre la predestinación y el decreto. Cabe ir
introduciendo desde aquí que este decreto incluye lo que va a hacer con unos
para salvación y otros para perdición.
Se concluye entonces que entre los muchos términos que se usan para hablar del decreto, predestinación es una palabra que lo describe, y engloba el desarrollo de ese plan decretado, el cual, se reitera, abarca el destino de los elegidos y de los reprobados.
II. La relación entre la predestinación y la presciencia
Para relacionar
correctamente estas dos es necesario un acertado entendimiento de Ro.8:29 que dice
“porque a los que antes conoció, también los predestinó”, el apóstol empieza
usando la palabra “porque” lo cual quiere decir que va a dar la razón de ese
propósito expresado. En dicha descripción el apóstol habla de dos doctrinas: La
presciencia y la predestinación.
La palabra griega
que se traduce “antes conoció” es προγινώσκω (proginosko). Es necesario
aclarar a qué se refiere la Biblia por este previo conocimiento. Para los
arminianos esta expresión significa que Dios previó todo lo que iba a suceder,
incluyendo quiénes creerían en Él, y con base a esa decisión del hombre,
Dios los predestinó. Su problema es doble: primero, entienden por presciencia
un conocimiento adquisitivo y general de Dios y segundo, basan la
predestinación en eso. El teólogo A.W, Pink explica:
La palabra “preconocimiento” (traducida en la versión española por “conocer de antes") no se encuentra en el A.T., pero sí que se da frecuentemente el término “conocer”. Cuando éste es usado en relación con Dios significa a menudo mirar con favor, comunicando, no un simple conocimiento, sino un afecto por el objeto mirado[7].
Solo por citar uno
de los versículos que hablan de esto véase Am.3:2 “A vosotros solamente he conocido
de todas las familias de la tierra”. Sería absurdo concluir que Dios solo
conocía a Israel en el sentido de saber de su existencia. Más bien se refiere a
un amor especial y elector por este pueblo. Así como cuando se dice que Adán
“conoció a Eva” (Gé.4:1) se refiere a una relación íntima de amor especial por
ella.
En el Nuevo
Testamento hay más textos donde aparece este mismo concepto de conocimiento
anticipado de Dios en la relación con su pueblo (Ro.11:2) y con Cristo
(Hch.2:23; 1Pe.1:20) en este último en particular sería muy extraño decir que
Dios vio que Cristo iba a sufrir y por eso decidió enviarlo. Se tiene también
el pasaje de Mat.7:23 en donde Cristo dice “nunca os conocí” ¿querrá acaso
decir este texto que Jesús no sabía quiénes eran ellos? ¿limitaremos así su
omnisciencia como suponen los arminianos? Todos estos textos, hacen concluir
nuevamente que dicho conocimiento anticipado de Dios está relacionado con su
amor especial otorgado a unos, y que no se trata simplemente de saber cosas
anticipadamente.
Respecto a la
presciencia y la predestinación no se puede hacer depender la una de la otra.[8]
Los que abogan por una predestinación basada en la presciencia aprovechan este
orden lógico de Ro.8:29 para decir que la una depende de la otra. El Dr. Sproul
explica:
Pablo no está diciendo eso. Lo que está diciendo es que Dios predestinó a aquellos que ya conocía de antemano. ¿A quién más podría predestinar si no es a quienes ya conoce? Antes de que Dios pueda escoger a alguien por la razón que sea, primero debe tenerlos en su mente como objetos de su elección.[9]
En resumen, Ro.8:29
dice que Dios conoció amorosa y anticipadamente a unos, y a esos también los
predestinó con el propósito de que sean conformados a la imagen de Cristo para
que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Es decir, que a los amados de
Dios Él les ha trazado un plan para que sean como Su Hijo. Al haber Dios
decretado todas las cosas sabía que iban a existir y por eso las conocía y
entonces, ya habiéndolas conocido, las predestinó conforme a su beneplácito.
III. La relación entre la predestinación y la elección
Ahora bien, 1P.1:2
dice “elegidos según la presciencia de Dios” este texto muestra un progreso de
pensamiento desde la presciencia a la elección, pero no así en Romanos en donde
se progresa de la presciencia a la predestinación. Una pregunta que surge de
este asusto es ¿por qué el apóstol usa la palabra “predestinación” y no la
palabra “elección” en Ro.8? Se explicará bajo los siguientes subpuntos.
A. La predestinación incluye la elección
Cuando en Ro.8 el
apóstol usa la palabra predestinación está implicando la elección que se
incluye en esta. El pasaje de Ef.1:4-11 deja ver que la predestinación incluye
la recepción de la herencia (v.11), la adopción (v.5), la revelación del
misterio de su voluntad (v.9) y como se va a demostrar ahora, también la elección.
La doctrina de la
elección ha de considerarse sólo como una aplicación particular de la doctrina
general de la predestinación en tanto se relaciona con la salvación de los
pecadores[10].
Esta generalidad de la predestinación, y la elección como incluida, es como
históricamente ha sido entendida por los teólogos reformados.
En su tratamiento
sobre la presciencia A. Pink utiliza indistintamente la predestinación y la
elección: “predestinó a aquellos a los que ‘antes conoció’ (es decir, amó y
eligió)” nótese que primero usa la palabra “predestinó” y luego usa (o la
reemplaza por) “eligió”.[11]
Wayne Grudem también dice “en la teología reformada en general, predestinación
es un término amplio e incluye los dos aspectos de la elección (de los
creyentes) y la reprobación (de los incrédulos)”[12]
Paul K. Jewett explica
que la predestinación implica que todas las cosas que suceden tanto dentro como
fuera de la historia de la salvación, están previamente determinadas, por
consiguiente, la elección en una parte de la predestinación.[13]
Incluso el mismo Arminio reconocía esta categorización calvinista; haciendo un
tratamiento sobre la elección desde la perspectiva de Arminio, Jewett escribe
“Según Arminio, una doctrina de la predestinación que basa la distinción entre
los elegidos y los reprobados en la voluntad de Dios y no en la voluntad de la
criatura es ‘repugnante a la naturaleza de Dios’”.[14]
El texto que más
prueba esto es Ef.1:4-5, ahí se dice que Dios escogió habiendo predestinado. La
gramática del griego y la explicación que se ha hecho del decreto ubica a la
predestinación previa a la elección[15].
Es decir, que Dios, dentro del curso que ha trazado a todas las cosas, escogió
a unas personas para salvación.[16]
En resumen, la predestinación es más amplia que la elección, esta última se
enfoca únicamente en los salvos mientras que la predestinación en el curso de
toda la historia.
De modo que en
Ro.8:28-30 Pablo usa la palabra predestinación de manera general para incluir
la elección de aquellos a los que antes conoció. Por otro lado, además de estas
dos palabras ser entendidas como una incluida en la otra, también se debe
analizar la siguiente relación sinonímica entre ellas.
B.
La sinonimia entre predestinación y la elección
Todavía se debe precisar
algo más del por qué Pablo no usó el termino eligió, sino predestinó en Ro.8:28-30.
En este pasaje, el apóstol ha hecho una estrecha relación en la salvación de
unos pasando de la presciencia a la predestinación y luego al llamado (eficaz)
sin nombrar la elección. Esto se debe a que el apóstol está pensando en la
salvación de los creyentes (los que aman a Dios y los llamados conforme a su
propósito), por eso solo piensa en el plan trazado para la salvación de ellos y
no nombra, por ejemplo, la predestinación de los perdidos; cosa que sí hace
Judas cuando habla de los hombres impíos que “habían sido destinados para esta
condenación” (Jud.4). En otras palabras, el uso del término predestinó pudo
incluir también a los perdidos, pero como ya había dicho que fue a los que
antes conoció (y por supuesto que los impíos no son conocidos por ÉL), Pablo se
enfoca en la predestinación de ellos que llegará hasta la glorificación.
En Ef.1:4-5 predestinación
y elección aparecen juntos. El v.4 dice que Dios escogió a unos con el
propósito de que sean santos y sin mancha; esto es en esencia el mismo
propósito de la predestinación descrito en Ro.8:29: ser conformados a la imagen
de Cristo: somos más santos y sin mancha en la medida que nos parecemos a
Jesús. La predestinación es puesta aquí como sinónimo de elección para describir
el curso que Dios ha marcado para que sus elegidos lleguen a ser lo que Él
quiere que sean,[17] llegando
a su punto máximo en la glorificación.
Se debe aclarar
que, aunque estos dos términos sean usados como sinónimo, realmente cada uno
tiene sus propiedades distintivas, para ser más precisos: la predestinación es
sinónimo de elección, pero la elección no es sinónimo de predestinación, “técnicamente
esto es incorrecto”[18].
Esto quiere decir, que la palabra predestinación puede ser usada para hablar de
elección, pero no al revés. De ahí que en las Escrituras nunca vemos ni se
puede afirmar que Dios haya escogido para perdición (Jd.4 cf. Jn.17:12); que
haya elegido una sabiduría (cf.1Co.1:12); o que haya elegido las acciones de
los que se unieron contra Cristo (cf.4:28), en cada uno de estos casos elección
no puede reemplazar a predestinación tanto en lo gramatical como en lo
teológico (Dios elige personas, no cosas, ni actos).
La predestinación
pues, es como una moneda con dos caras: elección y reprobación; cuando tomas la
moneda tomas las dos caras, pero cuando te fijas en una cara excluyes a la
otra. Cuando miras la cara de la elección excluyes la cara de la reprobación y
cuando miras la cara de la reprobación excluyes la cara de la elección, pero en
ambos casos miras la moneda de la predestinación.
Conclusión
La relación que
existe entre la presciencia, predestinación, y elección es más lógica que
cronológica. Como seres sujetos al tiempo solemos ver las cosas en un
desarrollo temporal, pero no así en Dios. Cuando en la eternidad pasada decidió
la creación y el curso de todas las cosas lo hizo exento del tiempo, de ahí que
las definiciones de los términos tratados aquí se traslapen en ocasiones unos
con otros, no obstante, la Biblia permite ver una progresión del uno al otro.
En el énfasis que
la Biblia tiene en cuanto a la salvación de los hombres por encima de la
condenación de ellos, es más lo que se habla sobre el curso trazado por Dios
para la salvación de unos que para la condenación de otros. Se puede decir que
Dios, desde la eternidad pasada y por el libre consejo de su voluntad decretó
la creación y destino de todas las personas; por haberlas decretado las
conoció mostrándose amoroso y favorable hacia algunos; a esos los predestinó
fijando como fin la salvación de ellos, es decir que entre la raza caída solo
unos, de pura gracia soberana, fueron escogidos por Dios para alcanzar salvación.
Una se desprende de la otra, pero no siempre, ni necesariamente dependen entre
sí, su relación es de consecuencia lógica, no cronológica ni de fundamento.
SOLI DEO GLORIA
Escrito por: Jeffrey Álvarez
[1] Luis Berkhof, Teología
Sistemática. Trad. Rvdo. Felipe Delgado. (Grand Rapids, MI.: Libros
Desafío, 2005), 139.
[2] John MacArthur, Teología
Sistemática. Trad. Loida Viegas (Grand Rapids, MI.: Portavoz, 2018), 673.
[3] Loraine Boettner, La
Predestinación. Manuel E. Gómez (Gran Rapids, MI.: Subcomisión Literatura
Cristiana, 1968), 11.
[4] Loraine Boettner, La
Predestinación, 13. No se incluye la fuente bibliográfica de la cita.
[5] No se entienda que son exactamente
lo mismo, el decreto es más amplio que la predestinación. Por eso hablo de sinónimos
y no de ser palabras iguales.
[6] Juan Calvino, Institución de la
Religión Cristian, III. XXI. 5
[7] A.W. Pink, Los Atributos de
Dios, trad. De Manuel Martín (Romanya: El Estandarte de la Verdad, 1997), 8.
Edición en PDF.
[8] Calvino. Institución, Libro
III.XXI. 5.
[9] R.C. Sproul, ¿Qué es la
Teología reformada? (Medellín, CO.: Poiema Publicaciones, 2016), 147.
[10] Boettner, La Predestinación, Pág.74.
[11] Pink. Los Atributos de Dios, 10
[12] Wayne Grudem, Teología
Sistemática. Trad. Miguel Mesías, José Martínez y Omar Díaz (Miami,
Fl.: Editorial Vida, 2007), 702. También en Sproul. Teología reformada, 145.
[13] Paul K. Jewett. Elección y
Predestinación. Trad. Guillermo Kratzig (Jenison, MI: Eerdman’s Publishing,
1992), 82.
[14] Jewett. Predestinación.
Pág. 81 citando a Arminius, Writtings, 3 vols., Trad. James Nichols
(Grand Rapids: Baker, 1956) 1:221ss.
[15] El participio griego προορισας que
aparece en el v.11 es el mismo del v.5. En el v.11 es claro que la predestinación
precede a la recepción de la herencia, así que debe suceder lo mismo en el v.5,
a saber, predestinación y después elección en un orden lógico.
[16] Al simplemente decir “predestinado
para salvación” se incluye la idea de elección, porque son los elegidos y no
los reprobados los que la alcanzan.
[17] William Hendriksen, Comentario
al Nuevo Testamento: Efesios. Trad. Alejandro Aracena (Grand Rapids,
Michigan: Libros Desafío, 1984), 64.
[18] Sproul, Teología reformada,
145.
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