En
un artículo anterior empezaba diciendo que una persona siempre responde que
para ser salvo solo hay que creer, lo cual es cierto, pero en muchas ocasiones
esa respuesta puede nacer de un corazón que, en el mejor de los casos ignora, o
en el peor niega la necesidad del arrepentimiento para ser salvo.
Puedes
leer el artículo anterior en el siguiente enlace: La Fe Salvadora: Diferencia entre la fe de los demonios y la del cristiano
Cuando
la iglesia escuchó el informe de Pedro y la inclusión de los gentiles al pueblo
de Dios exclamaron: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento
para vida! (Hch.11:18). En este artículo demostraré bíblicamente la
necesidad del arrepentimiento de los pecados para ser salvos y a qué se
refieren las Escrituras cuando hablan de “Arrepentimiento para Vida”. Haré esto
debido a movimientos que enseñan que no se debe hacer un llamado al
arrepentimiento y que niegan la necesidad de este en la salvación[1].
I. Necesidad del Arrepentimiento
Tan
pronto el Señor Jesús inició su ministerio lo primero que dijo en su
proclamación del evangelio del reino de Dios fue: “El tiempo se ha cumplido,
y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el
evangelio”. (Mar.1:15). Claramente este texto demuestra que el mismo Cristo
llamó a las personas al arrepentimiento ¿Cómo es que entonces algunos niegan
que se deba decir?
Encontramos
muchos textos en donde explícitamente se llama al arrepentimiento para ser
salvos.
- Hay que arrepentirse y convertirse para que los pecados sean borrados (Hch.3:19)
- Cristo fue exaltado con el propósito de dar arrepentimiento (Hch.5:31)
- Dios manda a todos los hombres a que se arrepientan (Hch.17:30)
- El Señor Jesús dice que si no nos arrepentimos pereceremos (Lc.13:2-5)
- La predicación del arrepentimiento en su nombre estaba escrito (Lc.24:46-47)
- Debe haber un abandono del pecado para alcanzar el perdón (Is.55:6-7)
Todos
estos versículos conectan únicamente el arrepentimiento con la salvación y no
la fe, de hecho, ni siquiera la nombran. No se niega la necesidad de la fe,
pero se puede ver la relevancia del arrepentimiento para alcanzar salvación.
II. Definición del Arrepentimiento para Vida
Cuando
contemplamos el pecado de Judas al traicionar a Jesús y el de Pedro al negarlo,
podemos ver que son bastantes parecidos en esencia. La traición de Judas fue
por dinero y la traición de Pedro por su vida. Lo que hizo el primero lo llevó
a juicio y el segundo lo negó mientras era acusado. Judas lo vendió a una turba
armada con palos y Pedro huyó y lo abandonó a esa turba. Ambos cometieron un
terrible pecado.
El
punto es que Las Escrituras nos dicen que Judas reconoció su pecado y se
arrepintió: “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era
condenado, devolvió arrepentido (gr. metamelomai) las treinta
piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo
he pecado entregando sangre inocente” (Mat 27:3, 4). No necesito
demostrar que Judas no fue salvo, sino un perdido que sufrirá eternamente. Por
el contrario, Pedro fue salvo. El arrepentimiento de Judas lo llevó al suicidio
y el de Pedro a la salvación, el primero fue un arrepentimiento para muerte y
el segundo un arrepentimiento para vida ¿cuál fue la diferencia? Responder a
esta pregunta nos explica la naturaleza del verdadero arrepentimiento.
A. Tipos de arrepentimiento
1.
Arrepentimiento Natural (Remordimiento):
podemos empezar hablando de un tipo de arrepentimiento que es natural, es decir
que toda persona lo siente. Realmente es un remordimiento que reconoce que algo
se hizo mal o que le pesa haber perjudicado a otros, pero que no produce
cambios y pasado el tiempo reincide en los mismos pecados. Este fue el tipo de
arrepentimiento que experimentó Judas. La palabra griega que se traduce arrepentido
simplemente denota un lamento, una preocupación, o como dije, un mero
remordimiento.
2.
Arrepentimiento para Vida (Salvador):
Ya explicaré mejor este, pero solo quiero decir aquí que este es el que nos
lleva a la salvación y que ocurre una sola vez.
3.
Arrepentimiento Cristiano: Es necesario
que primero pasemos por el anterior para que después experimentemos diariamente
este tipo de arrepentimiento. Este se refiere a la necesidad constante que
tenemos como cristianos de estar confesando nuestros pecados y dejarlos atrás.
En este escrito no me ocuparé de este tipo de arrepentimiento.
B. Verdadero Arrepentimiento
El
arrepentimiento, del griego Metanoía significa compunción (por culpa,
incluido reforma, cambio); por implicación, reversión de alguna decisión. Viene
del verbo griego Metanoeo que quiere decir “cambió de mente o pensar
diferente” después de considerar las cosas. La simple etimología de la palabra
nos enseña que un verdadero arrepentimiento incluye 3 cosas: Conocimiento,
Contrición y Cambio. (al igual que en el artículo anterior, estos también
empiezan por “C” para recordarlos más fácilmente).
1.
Conocimiento: Entendimiento de que el pecado es malo
Es
obvio que, para arrepentirnos de nuestros pecados, primero debemos reconocer
que lo que hemos hecho es pecado y que Dios lo desaprueba. Sin duda la ley de
Dios condensada en los 10 mandamientos es el método por excelencia que muestra
el pecado del hombre. Muchos creen que desear a una mujer, pero no acostarse
con ella no es malo, pero Jesús enseña que solo esto es adulterio. Lo mismo
pasa con el enojo y los insultos al prójimo, la Ley considera que hacer esto es
asesinato. Y pudiera continuar, el punto es que una persona jamás se
arrepentirá si primero no reconoce que lo que hace está mal.
Sin
embargo, en el relato de Judas leemos que él arrepentido dijo: “Yo he
pecado entregando sangre inocente” así que el mero reconocimiento del mal no es
suficiente…
2.
Contrición (o Compunción): Profunda tristeza por el pecado cometido
He
tenido compañeros de estudio o trabajo que hacen chistes de su futuro en el
infierno. Saben que son pecadores, que son malas personas y que les espera el
castigo eterno, y sin embargo, no se les ve la más mínima preocupación por
esto. He conocido hombres que saben que su adulterio es malo, pero se gozan en
burlarse de sus esposas.
Para
llegar al arrepentimiento para vida debe existir una profunda tristeza por el
pecado cometido. El apóstol Pablo después de haberle escrito una dura carta a
los Corintios en la que les expuso sus pecados les dice: Ahora me gozo, no
porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados
para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios…Porque la
tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación…pero la
tristeza del mundo produce muerte (2Co 7:9-10). Este versículo es bastante
claro. Los corintios experimentaron una tristeza que los llevó al verdadero
arrepentimiento.
Nótese
que en este texto se habla de “una tristeza según el mundo” la cual conduce a
la muerte, esto nos ayuda a entender qué clase de tristeza fue la que
experimentó Judas cuando veía las consecuencias de su pecado que lo llevó al
suicidio. Él sí sintió tristeza, no creo que se haya ido a suicidar lleno de
gozo, pero vemos que su “arrepentimiento” tuvo un mal fin. Le faltó la
siguiente C.
3.
Cambio: Giro del pecado hacia Cristo
Una
persona puede definir perfectamente qué es el pecado, saberse todos los
mandamientos, además, puede llorar por sus pecados, autoflagelarse y lamentarse
por todo lo que haya hecho, pero si todo eso no lo lleva a Cristo no es el
verdadero arrepentimiento.
Después
de Conocer y Contristarse por los pecados cometidos, lo siguiente que el
pecador hará[2],
si es según Dios, es ir a los pies de Cristo y pedir perdón. El arrepentimiento
incluye un cambio de mente, ahora se reconoce que eso que se hacía estaba mal y
se evita volverlo a hacer, pero no solo esto, sino que ese cambio lo lleva a
dar un giro en sentido contrario y dirigirse a Cristo como el único que puede
salvar. Este elemento es importante: antes de arrepentirnos le dábamos la
espalada a Cristo y caminábamos hacia el pecado, pero en el arrepentimiento le
damos la espalda al pecado y caminamos hacia Cristo.
El
que confiesa y se aparta alcanzará misericordia (Pro.28:13) por supuesto que una vez que el pecador se
arrepiente seguirá cometiendo pecados, pero eso tiene que ver ahora con el
Arrepentimiento Cristiano (que como dije no lo trataremos aquí), pero el
salvador, el Arrepentimiento para Vida, ocurre una sola vez, en la que el
miserable pecador, reconoce su condición y corre a los pies de Cristo para que
lo perdone y lo salve. Por la pura gracia empieza a vivir una vida en el
sentido contrario de la que antes vivía. Ahora empieza a apartarse de sus
pecados, porque sabe que son abominables y sufre profundamente el solo pensar
que ellos lo tenían esclavo y alejado de Cristo.
Este
fue el Cambio que se produjo en los corintios. Leemos “Porque he aquí, esto
mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en
vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué
celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto” (2Co.7:11). Se ve en este pasaje que el
arrepentimiento produjo un cambio.
Además
de todo, podemos notar que el Arrepentimiento para Vida incluye todo el ser. El
Conocimiento tiene que ver con la Razón; la Contrición con las Emociones;
y el Cambio con la Voluntad. La salvación es completa, por eso debe
estar inmerso todo el ser si queremos hablar de verdadero arrepentimiento.
Conclusión
Muchos son los que hoy día predican una fe barata,
una en la que no importa si reconoces tu condición pecadora, una que resta
importancia al señorío de Cristo, un evangelio en el que solo importa que
“tomes tu decisión”, un evangelio que es simplemente creer sin importar si
entiendes por qué debes creer. Dios te libre y te perdone si no estás siguiendo
el ejemplo del mismo Jesús que dijo en su proclamación ARREPENTÍOS Y CREED en
el evangelio (Mar.1:15) y que manda a todos los hombres en todo lugar a que se
arrepientan (Hch.17:30).
Finalmente dejaré una definición de arrepentimiento:
Es una gracia salvadora. Una tristeza sentida de corazón por causa del pecado y una renuncia al pecado con el propósito sincero de olvidarlo y caminar en obediencia a Cristo.
Escrito por: Jeffrey Álvarez.
[1] Por
ejemplo, Lewis Sperry Chaffer en su Teología Sistemática vol.3 p.376 niega la
necesidad del arrepentimiento y ve la presentación de este en el evangelio como
si se predicara un evangelio por obras. Para él la persona solo debe creer
intelectualmente, y después a lo largo de su vida arrepentirse.
[2]
Digo “hará” y no “debe hacer” porque creo que será la respuesta voluntaria a la
obra regeneradora del Espíritu Santo y no a algo automatizado, como si se
tratara de seguir unos pasos a modo de receta.
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