¿Quién Escribió Hebreos? (Parte 2/3) Objeciones a las Críticas más Comunes

En un anterior artículo presenté argumentos bíblicos que favorecen a Pablo como el escritor de la Epístola a los Hebreos (puedes leer la parte 1/3 AQUÍ). Cualquiera que lea ese artículo o aun sin siquiera leerlo, pero que esté un poco empapado de este debate levanta las mismas críticas de siempre; críticas que por distintos motivos muchos cristianos usan para negar la autoría paulina de esta epístola y me temo que gran parte se debe a que, sin darse cuenta, han sido influenciados de una u otra forma por el movimiento liberal de hoy día que busca con todos sus esfuerzos cuestionar la autoridad apostólica de las cartas del Nuevo Testamento (El criterio más importante para la canonicidad) y así minimizar la autoridad de la Biblia.

Sin embargo, debo admitir que no todos tienen un corazón tan afectado por esa teología del diablo. Juan Calvino por ejemplo es el teólogo más conservador que conozco y que lastimosamente negaba la autoría paulina de la carta a los Hebreos; al respecto dijo:

“Ciertamente no puedo aducir ninguna razón para demostrar que Pablo sea su autor; pues los que afirman que el apóstol intencionalmente suprimió su nombre por ser odioso a los judíos, no llegan a conclusión alguna ... Por otra parte, el método de enseñanza y el estilo demuestran lo suficiente que Pablo no fue el autor; y el propio escritor, en el capítulo segundo, confiesa que fue un discípulo de los apóstoles, lo cual es diametralmente opuesto a lo que Pablo afirma de sí mismo”[1].

Esta declaración de Calvino recoge muy bien las críticas principales y más comunes que se presentan contra la autoría paulina los cuales son:

I. La omisión de su nombre en la salutación no es propia del apóstol.

II. El estilo de la epístola a los Hebreos es muy distinto a las demás cartas paulinas.

III. Según He.2:3 el autor se incluye entre los que escucharon el evangelio por medio de los apóstoles, algo que contradice el hecho de que Pablo aclaró en otros lugares que él aprendió el evangelio de Jesucristo mismo (cf. Gá.1:11-12; 1Co 11:23; 1Co.15:3[2])

 

Sin la intención propia de rebatir a Juan Calvino, pero aprovechando que en este comentario recoge las críticas más comunes, presentaré unas objeciones en contra de cada una de estas críticas.

I. La omisión de su nombre en la salutación no es propia del apóstol.

Dando respuesta a esta objeción el teólogo Matthew Poole explica “Algunos de los antiguos intérpretes sugieren que Pablo pudo haber hecho esto porque sus puntos de vista eran tan controvertidos entre algunos cristianos judíos que temía que pudieran evitar su lectura o desestimarlo”[3]. Tal afirmación la podemos corroborar con los siguientes pasajes: En Hch.15:1-2 se lee de la fuerte “discusión y contienda” que tuvo Pablo contra los fariseos que se habían convertido al cristianismo y querían seguir haciendo énfasis en la ley de Moisés. Comparando este texto con Hch.21:20-21 podemos comprobar la hostilidad que se había generado hacia Pablo de parte de los judíos incluso con comentarios maliciosos y calumnias: “… Ya ves, hermano (Pablo), cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres”. De modo que una omisión de su nombre en la salutación para no generar repulsión entre los receptores es algo probable.

Otra objeción a esta crítica es aclarar que siempre que Pablo les hablaba a iglesias gentiles incluía su nombre y cargo apostólico al inicio[4] para soportar su autoridad hacia esas iglesias en su apostolado que era lo único que realmente contaba. Por el contrario, la epístola en cuestión va dirigida a hebreos, personas que identificaban el progreso que se había hecho desde la religión antigua a la actual y que tenían todo el trasfondo de la fe ahora revelada. “De ahí el comienzo de la Epístola, en el que apela a la Escritura como el fundamento sobre el cual pretendía edificar, y la autoridad con la que los presionaría, esto suple el vacío de esa persuasión de su autoridad apostólica de la que en otros lugares hace uso”[5]. En resumen, a los hebreos la apostolicidad no ataría tanto sus conciencias como lo haría la Escritura.

Sin embargo, es necesario aclara aquí que “la epístola no es anónima en el sentido de que los lectores desconocían quien era su autor. No es probable que los destinatarios primeros ignorasen de quién procedía. El autor pide que se ore por él para que pueda llegar a visitar a los destinatarios (13:19) …  es anónima para nosotros hoy en el sentido de que el nombre del escritor no aparece indicado en el texto”[6].

II. El estilo de la epístola a los Hebreos es muy distinto a las demás cartas paulinas.

Los que presentan esta crítica dicen que el griego de Hebreos es más fino y técnico del que normalmente el apóstol usó en todos sus escritos, agregando el hecho de que él mismo manifestó ser “tosco en la palabra” (2Cor.11:6). Sin embargo, los tales ignoran que tal declaración del apóstol en ese contexto se debe a su compromiso con presentar el evangelio de una manera sencilla y no rebajarlo a la sabiduría humana que era tan anhelada por los griegos (1Co.1:22) y que utilizaban los falsos apóstoles para descrestar y engañar a los corintios.

Por el contrario, cuando Pablo les escribe a los hebreos no tuvo reparo en demostrar su elocuencia al escribir y más ante un público que estaba considerando el cristianismo como algo inferior al sistema de sacrificios. No hay que olvidar que Pablo era un hombre muy estudioso, fue un fariseo conocedor de las tradiciones judías, hebreo de hebreos, instruido bajo los pies de Gamaliel. De modo que hablar un griego elevado no estaba lejos de sus capacidades. Seguido a esto, hay que reconocer que los estilos varían según los destinatarios y que basar las conclusiones en esto no tiene sentido[7]. De hecho, la diferencia en los estilos es algo que los teólogos liberales también usan para desacreditar la apostolicidad de 2° de Pedro ¿Puedes discernir estas mismas artimañas contra el autor de Hebreos?

Demostrando la similitud en los temas tratados en Hebreos con los demás escritos paulinos Owen explica:

El argumento general y el alcance de la carta declara que es de Pablo. De esto hay dos partes: 1) La exaltación de la persona, el oficio y la gracia de nuestro Señor Jesucristo, con la excelencia del evangelio y la adoración en él ordenada y revelada por él. 2) Un descubrimiento de la naturaleza, uso y expiración de las instituciones mosaicas, su actual falta de provecho y el cese de su obligación de obediencia. Podemos admitir que el numeral 1 fue igualmente el diseño de todos los apóstoles, aunque encontramos que se insiste de una manera peculiar en los escritos de Pablo; y en cuanto al 2, este era su trabajo y a lo que especialmente se dedicaba[8].

III. El autor se incluye entre los nombrados en He.2:3

Varias objeciones se pueden presentar a esta crítica:

1. He escuchado críticas que leen este versículo y a priori dicen que el autor se reconoce como alguien a quien la salvación le fue anunciada. Pero una lectura cuidadosa del texto nos deja ver que el autor se incluye entre los que les fue “confirmada” y no “anunciada”, no es lo mismo. “Los que oyeron” sí le confirmaron el mensaje de salvación, prueba de esto es Gá.2:1-2 en donde Pablo manifiesta que buscó confirmación del evangelio de parte de los apóstoles “Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles”; en el v.6 se deja ver que Pablo comprobó la igualdad de su mensaje con el de los otros “Pero de los que tenían reputación de ser algo…a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron”.  y finalmente en el v.9 se ve la aprobación y posterior comisión de parte de las “columnas” a Pablo “y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. Así que en verdad ellos, “los que oyeron”, sí le confirmaron.


2. Según la secuencia y el desarrollo del párrafo que viene desde el v.1 hablando en primera persona plural (nosotros), sería un poco extraño y anti estilístico pasar a la segunda persona (tú o vosotros)[9]. Con algunos arreglos de palabras este cambio se puede, pero el punto es que Pablo quiere identificarse con ellos.

 

3. Pablo se incluye no como significando la total identificación en cada aspecto y detalle con ellos. Prueba de esto es 1Co.10:8-10, nótese que se incluye en el pecado de la fornicación y la tentación, pero no en el de la murmuración ¿acaso no murmuraba pero sí fornicaba y tentaba? Esta forma de hablar en muy normal en todos, he escuchado a predicadores decir “nuestros esposos” y eso no quiere decir que sean homosexuales ni que tengan muchos maridos.

 

4. Los críticos usan este texto para decir que los nombrados aquí (junto con Pablo) escucharon el evangelio por un medio y no directamente de Jesús[10]. Concluir que el lenguaje de este versículo implica que los receptores no escucharon el mensaje directamente de Cristo, es hablar más de lo necesario. La forma de los verbos griegos lambano y laleo (que están en voz pasiva) no nos dicen a quién se le anunció, solo queda de manera general, se les pudo anunciar primeramente a ellos, o tal vez no. En vista de que esta carta probablemente fue escrita alrededor del 65 a.C.[11], no ha pasado toda una generación desde el ministerio de Jesucristo, por lo que puedo concluir que muchos de ellos sí escucharon el mensaje de salvación de los labios del mismo Jesús y no solo de “los que oyeron”, aunque, como ya expliqué en el numeral 1, ellos sí se lo confirmaron. Concluiríamos entonces que, probablemente todos escucharon el evangelio directamente de Jesús: la mayoría durante el ministerio terrenal de Jesús y Pablo por revelación directa después de Su resurrección y ascensión.

 

Conclusión

Hasta aquí he demostrado que las críticas principales en contra de la autoría paulina no son tan contundentes como algunos pretenden, sino que se pueden presentar varias objeciones que hacen de las críticas algo cuestionable e insostenible. En resumen, he dicho que la omisión del nombre en la salutación fue una estrategia de Pablo para que la carta fuera bien recibida por una repulsión existente hacia él de parte de los judíos; que la variación en el estilo se debe al contenido y destinatarios de la carta de Hebreos respecto a las demás epístolas paulinas y que no es tan cierto que He.2:3 enseña que el autor escuchó el evangelio por medio de “los que oyeron” es decir los apóstoles.

Sin pretender rebajar la seguridad de mi afirmación de que Pablo es el autor de la carta a los Hebreos hay que admitir que, pese a que se puedan levantar críticas, estás no son definitivas, de modo que, si ponemos en la balanza los argumentos a favor y las críticas en contra, sin duda la balanza se inclinará a favor de Pablo como el escritor humano de Hebreos.

Puedes leer la tercera parte AQUÍ

SOLI DEO GLORIA

Escrito por: Jeffrey Álvarez

 



[1] Juan Calvino, Comentario a la Epístola a los Hebreos, Trad. de Luis Torres y Márquez (Grand Rapids, Libros Desafío, 1977) Pág.25

[2] Esta última cita no es clara si eso que “recibió” provino del Señor o de un hombre. Es muy probable que se refiera a una enseñanza directa de Cristo.

[3] Jeff Riddle, Who wrote Hebrews? Stylos (blog), Último acceso el 01 de Octubre del 2020 http://www.jeffriddle.net/2015/08/who-wrote-hebrews.html?fbclid=IwAR04pcBiGvgrD1yef2UQHz2dQNsuqtnwfSbcH6sa7znsf13-iYIlOZ6UNYk

[4] En todas las epístolas incluye en el primer versículo su nombre y su cargo de apóstol. Solo incluye su nombre y omite su apostolicidad en Filipenses y Filemón pero estas son dos cartas en las cuales es claro el conocimiento personal que tienen del apóstol.

[5] John Owen, An Exposition of the Epistle to the Hebrew, Vol.1 (West Linn, Or, Monergism Books, 2019) pág.116 https://www.monergism.com/thethreshold/sdg/owen/An%20Exposition%20of%20the%20Epistle%20to%20-%20John%20Owen.pdf

[6] Samuel Pérez Millos, Comentario Exegético al Griego del Nuevo Testamento: Hebreos (Barcelona, CLIE, 2009) pág.18

[7] Owen, Hebrew,. Pág.117

[8] Íbi, pág.125

[9] John Owen, An Exposition of the Epistle to the Hebrew, Vol.3 (West Linn, Or, Monergism Books, 2019) pág.363 https://www.monergism.com/thethreshold/sdg/owen/An%20Exposition%20of%20the%20Epistle%20to%20-%20John%20Owen3.pdf

[10] Por ejemplo, Simon Kistemaker, Comentario al Nuevo Testamento Hebreos, Trad. por Norberto E. Wolf (Grand Rapids, Libros Desafío, 1991) pág.58.

[11] Millos, Comentario Hebreos, 28. El autor lo da como una fecha probable, pero se inclina por esta porque al parecer el templo aún estaba en pie por todas las alusiones que el escritor hace. 8:13 dice que el viejo pacto estaba pronto a desaparecer, no que ya haya desaparecido.

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